jueves, agosto 20, 2009

Uno de mis fracasos

En el CCH lo pase de lo mejor. Fue uno de mis mejores tiempos. Me la vivía gozando la vida social que un alumno "popular" puede tener; entre mis amigos y yo lograbamos grandes hazañas típicas del estudiantado cecehachero como gigantescas fiestas, novias guapas, amistad con profesores "barco", memorables "pedas" y demás logros que durante el tercer año fueron de lo mejor para nosotros.

Con el final del tercer año llegaba también la gran responsabilidad de selecionar -con mano propia- el futuro profesional de cada uno de los educandos. Llegaba el momento de llenar los formularios del famoso "pase automático" de la educación media superior a la educación superior.

Debo decir que un adolescente no es realmente maduro para seleccionar objetivamente lo que le deparará la vida profesional durante los siguientes 30-40 años de su vida. Eso es demasiada responsabilidad para el estudiante promedio y prácticamente imposible para los estudiantes de bajo promedio.

Siendo yo un alumno promedio con calificaciones regulares también me llegó el momento. Cuando estaba sentado con aquellas inmensas hojas de color blanco con tinta naranja y un lápiz del numero 2 1/2, estaba decidiendo en 5 minutos mi futuro profesional. Nunca antes me había puesto a pensar -seriamente- que es lo que yo debería ser profesionalmente. ¡Abogado! sí, esos ganan mucho dinero con tranzas y todo, pero es demasiado estudio, hay leer mucho y me caga leer cosas que no me interesan; pensaba yo en ese momento sobre los pros y los contras de la abogacía. ¡Biólogo! si, así podré andar en el campo abierto buscando bichos sin estresarme en las oficinas, pero nunca he escuchado de un biólogo rico, excepto Jacques Cousteau y él es biólogo marino por lo que tendría que irme a alguna universidad en algun pueblo pulgoso de la costa, mejor biólogo no. ¡¡Ahh ya se!! voy a ser Contador Público. Como contador podré tener trabajo donde sea, desde una tiendita de la esquina hasta alguna gran compañia transnacional, ¡si a huevo! voy a ser Contador.

Con el lápiz en mano, rellené cuidadosamente y sin salirme, el pequeño círculo que decidiría mi futuro profesional.

Ese día llegue a casa muy contento a contar a mi familia lo que había decidido en el último momento. En realidad no recuerdo que respuestas me dieron pero seguramente no fueron buenas al grado de tenerlas en una laguna mental y no recordarlas.

Llegó el momento de ir a la Universidad, mi destino era la
FES Cuautitlán, a 45 kilómetros de distancia de mi casa. Un horario de 7 a 14 y las materias seriadas de la carrera de contaduría me esperaban ansiosas e implacables.

Durante el primer semestre la situación fue buena, muchas materias en tronco comùn con Administración de Empresas estaban incluídas, entre ellas algunas de humanidades que yo disfrutaba mucho, pero las propias de la carrera como matemáticas financieras y la misma contabilidad con sus respectivos talleres empezaron a ser un dolor de cabeza para mi. Las reprobé.

En el segundo semestre la situación se complicaba exponencialmente, no podía cursar la segunda ronda de las reprobadas del primer semestre. Y así llego el tercero y el cuarto semestre también.

Y fue precisamente al final de ese revelador cuarto semestre cuando dije basta. Mi horario del siguiente curso tenía solo 2 materias de las 8 que debía llevar con más de 20 materias arrastrando, pero curiosamente eran las sociales y las de humanidades las que seguían con calificación de MB.

No podía -aunque debía- llegar a casa y decirles que había fracasado. Me avergonzé a mi mismo, tenía miedo. Mi vida había llegado a un punto de no regreso pero no tuve el valor de enfrentar al mundo con esta auto debacle que estaba viviendo. Mi mente se obnubiló y no supe enfrentar la situación, al contrario, la oculté.

Mi vida se encontraba en un bache y no sabía para donde moverme. De pronto entre la subjetividad de la vergûenza y el temor al ridículo llegó a mis neuronas la idea de intentar hacer de este golpe familiar algo más sutil.

Y eso ya se los he contado.
Decidí ser torero.

viernes, agosto 14, 2009

Aventura cavernícola

Hace 28 años comenzó la aventura cavernícola en mi familia.

Lectora hasta la médula como siempre ha sido, mi madre compró un libro en la tienda de los 3 tecolotes que llamó su atención por un sutil balance atractivo entre los colores e ilustraciones de la portada y por su título que daba un avance sobre el contenido que asi simplemente denotaba una diferencia sustancial de lo que en aquel momento se exhibía en las librerías.

Mi madre quedó enganchada desde las primeras páginas y aproximadamente un mes después concluyó su lectura. A partir de entonces los libros de la serie "Los hijos de la Tierra" se convirtieron en pilar de referencia para recomendaciones que mi mamá hacía a propios y extraños.

"El Clan del Oso Cavernario" es el título de aquel libro que la cautivó y convirtió en fan de la autora Jean M. Auel.

Siempre quizo que yo leyera por lo menos el primero de los libros y durante algunos años hice el intento de leerlo, pero yo era pequeño y aún no me aficionaba a la lectura como ahora; no pasaba de 2 o 3 capítulos antes de abandonar la acción para retomarla hasta meses después y de igual manera solo atinaba a leer otros tantos capítulos de forma que a pesar de haberlo leido por completo, nunca supe en realidad el hilo de su trama.

28 años han pasado y ahora nuevamente me embarco con gusto en esta aventura cavernícola, esta vez con la convicción de iniciarlo y parar solo hasta concluir los 5 ejemplares de la serie "Los hijos de la Tierra" que han mantenido cautivada a mi mamá durante ya casi 3 décadas.

Mi madre ya me los ha dado todos y ahora mismo tengo el primer libro en mis manos después de haber tenido que darle una arregladita a las portadas con un poco de cartón rígido y pegamento en el lomo, debido a que ese ejemplar en particular ha sido leído -y evidentemente maltratado- por más de 20 personas y he descubierto que es la primera edición en español publicada en 1981, apenas un año después de su éxito de 40 millones de copias en su idioma original. Ya revisé los demás ejemplares de la serie y todos son de 1a edición también!!!

Ya tengo en que pasar el tiempo los próximos 2 o 3 meses y espero el último de la serie, a publicarse en el 2010, para obsequiárselo a mi mamá.

miércoles, agosto 12, 2009

In n'Out

Totally OUT: Merriam-Webster



A-b-s-o-l-u-t-e-l-y- IN : This



(you can also check the website)

martes, agosto 04, 2009

Bajo su manto

Siempre pensé que las razones por las que decidí ser comunicólogo, así como todo lo aprendido y practicado a lo largo de los años me daría la capacidad suficiente para poder describir cualquier situación que se me presentara en la vida.

Pero nunca pensé que la muerte me impediría poder hacerlo.

Hoy a las 16:26 quedé bajo el manto de la muerte cuando llegó a abrazar a mi abuela... y la sentí.


Me siento realmente inútil frente al teclado tratando de expresar lo que experimenté, en carne propia, durante ese efímero instante que queda justo enmedio de los vivos y los muertos. Mi abuela murió tranquila y rodeada de sus seres queridos. Mi madre y yo la tuvimos tomada de la mano hasta su último suspiro.


Se fue una gran mujer que nos dejo grandes enseñanzas hasta el último instante de su existir y nosotros la llevamos de la mano en el momento más importante de su vida apoyándola en el momento de cruzar la línea.


Pero ese instante fugaz se ha quedado guardado en mi mente y poco a poco trataré de digerirlo para que en algún momento pueda tratar de compartirles las sensaciones de quedar por un instante bajo el manto de la muerte.

lunes, agosto 03, 2009

Uso de La Fuerza.

I felt a disturb on The Force and i found this:


The Force is strong on them.. or him... or whatever.
Yes, yes... I'm a StarWars freak... so what?

domingo, agosto 02, 2009

centena

No me había dado cuenta que el post anterior fue el numero 100 de este blog.



¡qué vergûenza!

A 22 meses de haber sido creado este blog ¿apenas estoy llegando al post 100? eso significa que estoy escribiendo un post aproximádamente cada 6.6 días. Y digo que vergûenza porque para alguien que se jacta del gusto por la lectura y la escritura esos números son realmente vergonzosos.

Pero ni hablar; voy a intentar escribir al menos cada 3-4 dias y si se puede en intervalos menores será mejor. Lo voy a hacer como ejercicio mental. Voy intentar quitarle el óxido a un montón de neuronas que actualmente estan de inútiles y que seguramente tendrán una o dos ideas interesantes debajo de todo ese cochambre que se les ha acumulado.

A ver si es cierto... jejeje.