Solo ver escrito el año 2010 me trae a la mente infinidad de recuerdos.
Hace exactamente 10 años participaba con mi madre y mi hermano de la verbena popular en la plaza del Zócalo de la Cd. de México. Absortos observabamos las festividades de celebración de llegada año 2000 sumergidos en una infinidad de pirotécnia que iluminaba el oscuro cielo que misteriosamente adivinaba el futuro de la incipiente nueva década.
No habían pasado mas de 2 minutos de haber iniciado el año 2000 y de fuegos artificiales que detonaban a varios metros sobre nuestras cabezas cuando de pronto una esquirla incandescente de los cohetones fue a alojarse directamente en mi ojo derecho provocándome, sin ardor, un dolor similar al de un punzón que se clavaba directamente hasta mis pensamientos y que además me hizo caer a los fríos adoquines de la banqueta donde nos ubicabamos.
Presto mi hermano me socorrió junto con mi madre y me llevaron a los servicios médicos que estaban instalados dentro de unas carpas de la Cruz Roja a un costado de la Catedral Metropolitana. Ahí metido fui atendido por un par de socorristas que lamentaban mi situación más por estar ellos perdiéndose del espectáculo. La lesión no paso a mayores y así pasé los primeros minutos de la nueva década, nuevo siglo y nuevo milenio.
Han pasado 10 años de aquellos hechos y aún siento como si hubiera sido ayer.
El 2010 siempre me ha traido evocaciónes de ciencia ficción, altamente influido por aquella larga novela de Arthur C. Clarke "Odisea del Espacio" y que parte de ella fue llevada al cine en 1984 con el nombre de "2010: el año que hicimos contacto". A lo largo de mi vida me he sentido altamente atraído por las estrellas del firmamento y todo aquello que, como entes forjados en el seno de una variopinta cultura, a su alrededor hemos formado incluyendo viajes espaciales y hasta ovnis. Hace un par de décadas pensaba que tendríamos aeropistas con el mismo tránsito de autos voladores como los que seguimos -y seguiremos teniendo por muchos años más- en las avenidas y autopistas de nuestros diferentes países.
Aún veo tan "de ciencia-ficción" el año 2010 que en realidad aun no puedo creer que finalmente mi futuro de Sci-Fi nos ha alcanzado pero solo tengo que asomarme a la ventana o prender la televisión para en realidad darme cuenta que llego el año pero no aquellos sueños de ciencia ficción que seguramente muchísimas personas más habrán tenido también.
Hace exactamente 10 años participaba con mi madre y mi hermano de la verbena popular en la plaza del Zócalo de la Cd. de México. Absortos observabamos las festividades de celebración de llegada año 2000 sumergidos en una infinidad de pirotécnia que iluminaba el oscuro cielo que misteriosamente adivinaba el futuro de la incipiente nueva década.
No habían pasado mas de 2 minutos de haber iniciado el año 2000 y de fuegos artificiales que detonaban a varios metros sobre nuestras cabezas cuando de pronto una esquirla incandescente de los cohetones fue a alojarse directamente en mi ojo derecho provocándome, sin ardor, un dolor similar al de un punzón que se clavaba directamente hasta mis pensamientos y que además me hizo caer a los fríos adoquines de la banqueta donde nos ubicabamos.
Presto mi hermano me socorrió junto con mi madre y me llevaron a los servicios médicos que estaban instalados dentro de unas carpas de la Cruz Roja a un costado de la Catedral Metropolitana. Ahí metido fui atendido por un par de socorristas que lamentaban mi situación más por estar ellos perdiéndose del espectáculo. La lesión no paso a mayores y así pasé los primeros minutos de la nueva década, nuevo siglo y nuevo milenio.
Han pasado 10 años de aquellos hechos y aún siento como si hubiera sido ayer.
El 2010 siempre me ha traido evocaciónes de ciencia ficción, altamente influido por aquella larga novela de Arthur C. Clarke "Odisea del Espacio" y que parte de ella fue llevada al cine en 1984 con el nombre de "2010: el año que hicimos contacto". A lo largo de mi vida me he sentido altamente atraído por las estrellas del firmamento y todo aquello que, como entes forjados en el seno de una variopinta cultura, a su alrededor hemos formado incluyendo viajes espaciales y hasta ovnis. Hace un par de décadas pensaba que tendríamos aeropistas con el mismo tránsito de autos voladores como los que seguimos -y seguiremos teniendo por muchos años más- en las avenidas y autopistas de nuestros diferentes países.
Aún veo tan "de ciencia-ficción" el año 2010 que en realidad aun no puedo creer que finalmente mi futuro de Sci-Fi nos ha alcanzado pero solo tengo que asomarme a la ventana o prender la televisión para en realidad darme cuenta que llego el año pero no aquellos sueños de ciencia ficción que seguramente muchísimas personas más habrán tenido también.
3 comentarios:
Solo espero que todo vaya bien, después de todo, creo que este año todos lo hemos padecido.
Me da un poco de miedo el espacio, aún cuando me gusten la luna y las estrellas, pero ver más allá me infunde temor.
Saludos miles.
No y esperate a que sea 2012, uff!
Estimado Juan,
Sólo para desearte un 2010 mucho mejor que el año que pasó, y para pedirte que me envíes nuevamente un correo electrónico porque perdí tu dirección.
Salió una oferta de trabajo en exxonmobile méxico y se ajusta a tu perfil; quiero darte los datos completos del contacto al que tienes que enviar el CV.
Saludos y espero pronta respuesta.
Por si olvidaste mi e-mail: victor.zuniga@itelcel.com
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