El recuento de mi año

Afortunadamente estamos ya prácticamente en la postrimería de este año 2008.

¡Qué bueno que ya te vas, 2008, para nunca más volver!

Mi año se dividió en dos a partir del "día de la infamia"
Puedo decirles con certeza que antes de ese día yo vivía en la relativa felicidad que pueda darle a un empleado y su familia el recibir un cheque quincenal. Materialista, si, muy materialista, pero viviendo en este mundo uno queda empapado de ello y es prácticamente imposible estar nadando constantemente contra la corriente. Llegaba a casa estresado, cansado y apesadumbrado, sin mas ganas que cenar, descansar y dormir para ir al día siguiente a enfrentar a lo demonios de mi trabajo de los que literalmente llegué a tener pesadillas. Aquel ácido laboral estaba carcomiendo mis entrañas y fundiendo mis neuronas. Mi familia lo sufría conmigo. Ella me procuraba su comprensión cuando yo debí haber compartido mi entusiasmo en el día a día. Mi hija preguntaba si me encontraba enojado, cuando debía escuchar sus risas diariariamente. Mis pasatiempos de lectura y escritura habían quedado prácticamente dejados en un plano inferior y eran escasamente rescatados por el omnipresente internet.

Tenía que seguir resistiendo porque la calidad de vida debía sostenerse estable.

Pero después del "día de la infamia" todo cambió. Sin dinero quincenal he podido escuchar las risas de mi hija todos y cada uno de los días que han pasado a partir de esa fecha. He reencontrado a mi esposa con una sensibilidad que no pensé nunca llegar a tener. Las pesadillas desaparecieron y hasta dulces sueños tengo. Mi salud mejoró considerablemente sorprendiendo incluso a mi médico de cabecera. Mis neuronas se han ejercitado desde entonces con la lectura de varios libros, incluso siendo dos o tres a la vez; mi escritura renació y desde entonces he podido sumar ya buenas cantidades de letras en diferentes lugares, siendo el más importante ese libro que algún día publicaré.

Me da gusto que el parteaguas de mi 2008 hubiera llegado, porque definitivamente mejoró mi calidad de vida.

Sin dejar de ser importante, todo lo demás ha quedado en un segundo plano, porque sin lugar a dudas "día de la infamia" se convitió en el acontecimiento estelar de mi año.

Sé que en algún momento regresaré a aquella dinámica materialista, pero con la experiencia que este 2008 me ha dado, sé cabalmente que ahora si debo resistir para no volver a bajar mi calidad de vida.

En otro orden de ideas, hoy 21 de diciembre es día de Solsticio y con su llegada dá inicio el Invierno.


Además, según las Profecías Mayas, a partir de hoy nos quedan todavía 4 años exactos para seguir por aquí.

(Der. El Calendario Maya)